
Aprovechando que tenía bizcocho, crema y fondant le hice una tartita a Sanami y se la decoré con Doraemon.

Pues el título lo dice todo. Tenía ganas de probar las nubecitas blancas para hacer fondant de colorines y el azúcar glas (del industrial) que amablemente me consiguió Aurora (un besazo). La tarta es la misma que la primera: láminas de bizcocho de chocolate y relleno de crema de queso y nata (esta vez con sabor a frambuesa). Como veréis, colorines lleva y sí que se nota la calidad del fondant al usar azúcar glas industrial. A ver si un día me da tiempo y hago un diseño más bonito.


Todos los fines de semana para desayunar preparo un hojaldre de manzana, muy sencillito, pero muy rico. Utilizo el hojaldre del Lidl que es muy barato, que está bueno y cunde mucho.


Habíamos comprado un melón para estrenar la temporada veraniega y ¡oh, sorpresa!, nos salió soso, sosísimo. Así es que si la vida te da melones (sosos), haz ¡crema de melón!.Busqué una receta en Internet y encontré ésta que además no tenía nata (que para mi intolerancia va muy bien).

Como no tenía tanto melón, adapté la receta en cantidad y le añadí también un poquito de caldo de pollo para atenuar un poco el sabor del yogur. El jamón lo piqué y lo hice en la sartén sin poner nada de aceite (era mucho horno para tan poco jamón). La hierbabuena fue regalo de la maceta que nos compramos este fin de semana de fiebre Vivera (ya veréis las fresas).
Gustar, gustó, y aún siendo poco melón, tenemos crema para un par de días.